Probablemente, junto con Haruki Murakami, Cormac Mc Carthy sea el escritor cuyo reconocimiento ha crecido más a nivel internacional en la última década. Pese a su dilatada carrera (su primera novela data de 1965), su producción ha sido muy espaciada en el tiempo y, antes del siglo XXI, su prestigio estaba circunscrito al ámbito de Estados Unidos, donde era un escritor de culto para reducidos círculos.
En los últimos 10 años su fama se ha extendido a nivel internacional cautivando a lectores de todo el mundo. Esta expansión se ha debido al éxito tanto literario como cinematográfico de dos de sus obras: ‘No es país para viejos’ (2005) y ‘La carretera’ (2006, Premio Pulitzer). Un caso curioso teniendo en cuenta que al autor es un misántropo que rehuye de entrevistas (ha dado dos en veinte años), firmas de libros y cualquier evento literario o social.
La novela que reseño es la segunda del ciclo llamado Trilogía de la frontera, que se completa con ‘Todos los hermosos caballos’ (1992) y ‘Ciudades de la llanura’ (1998). Mientras que estas dos si comparten personajes, ‘En la frontera’ es totalmente independiente y no tiene ninguna vinculación con el resto salvo por la ubicación de la historia. La trama se ambienta en los años de la Segunda Guerra Mundial, a caballo entre Nuevo México y México y el narrador nos relata los viajes a un lado y a otro de la frontera de los hermanos Billy y Boyd Parham. Es un western del siglo XX.
La obra es genuinamente McCarthy tanto en su estilo: seco, directo pero muy elaborado y tremendamente minucioso en la descripción de ambientes y situaciones, como en los elementos que componen la historia: personajes solitarios, el protagonismo de la naturaleza, la violencia, la lucha entre el mal y el bien, etc… En este aspecto es muy similar a otras novelas del autor. Si me gustaría destacar un aspecto que me gusta particularmente de su forma de escribir. La precisión y amplitud del lenguaje que utiliza muestran un dominio del idioma prodigioso y difícil de igualar.
Sin embargo, la obra no ha terminado de convecerme. El problema es que en ningún momento he llegado a interesarme por la historia que cuenta. La trama me parece anodina, en ocasiones poco convincente e inconexa. A esta sensación contribuye la endeblez de los protagonistas. Son absolutamente planos, sin matices y me resultan una copia uno de otro. Por un lado, están los hermanos protagonistas, tan misteriosos y silenciosos como si tuvieran algo que ocultar cuando no son más que unos adolescentes bastante absurdos en su comportamiento. Por otro, están los diferentes adultos y ancianos que van encontrándose en su camino y que son auténticos filósofos de la vida con un discurso de un nivel intelectual tan elevado que realmente llega a aturdir. Muy poco creíble. Cuando en una novela se intenta que todos los personajes sean fascinantes se produce el efecto contrario. Al final todos acaban siendo reiterativos y banales. Precisamente la clave está en contraponer tipos muy diferentes para resaltar las virtudes y defectos de cada uno.
Todo redunda en una lectura poco entusiasta en la que siempre estás esperando que por fin pase algo interesante pero que, a medida que pasas páginas, te das cuentas que no va a ocurrir. En definitiva, esta novela está muy por debajo de cualquiera de las otras que he comentado en esta reseña y que sí son muy recomendables.
VALORACIÓN: 5/10