‘La hondonada’ (2013), de Jhumpa Lahiri

La HondonadaTengo que reconocer que esta escritora es una de mis debilidades. Me encantaron sus dos libros de relatos anteriores, ‘El intérprete de emociones’ (1999) y ‘Tierra desacostumbrada’ (2008) y esperaba con expectación esta novela, que ya venía avalada por excelentes críticas y su nominación al Premio Booker y al National Book Award. La lectura me ha confirmado que es una de las mejores autoras contemporáneas en inglés. Teniendo en cuenta que es todavía joven (46 años), estoy seguro que está destinada a proporcionarnos unas cuantas obras maestras más.

La novela se expande en un periodo de más de setenta años a caballo entre Asia y América. La trama arranca con la presentación de dos hermanos (Subhash y Udayan ) que viven en Calcuta a principios de los años sesenta. Según van creciendo, el primero se centra en su carrera profesional, que le lleva a estudiar en Estados Unidos, mientras que el segundo permanece en la India y se involucra en movimientos revolucionarios de tinte comunista, que terminan con su muerte prematura a manos de grupos paramilitares. Subhash asume lo que considera su responsabilidad, casándose con la joven viuda de su hermano y desempeñando el papel de padre de su sobrina no nacida. Los tres se marchan a vivir a Estados Unidos. A partir de entonces se nos cuenta la trayectoria vital de estos personajes con regresos esporádicos a la India, donde ha quedado el resto de la familia y los recuerdos, mientras que la presencia constante de Udayan pende sobre todos ellos.

Es una novela que tiene de todo. Por un lado es una historia intimista que nos muestra el alma y el interior de los personajes con sensibilidad y detalle. Por otro, es un relato social del desarrollo de dos sociedades y del choque y dificultades de integración entre dos culturas tan diferentes. Pero es también un recorrido histórico de varias décadas tanto de Estados Unidos como de la India. La cohesión de Jhumpa Lahiriuna historia tan compleja, con varios personajes en un mismo nivel de protagonismo, es perfecta y la trama discurre a un ritmo adecuado para poder entrar de lleno y saborearla con detenimiento. Recomiendo leerla sin prisa, con tiempo y atención para poder disfrutarla al máximo. Leer este tipo de obra tan bien estructurada y narrada te hace ver lo malas que son otras que abordan historias familiares de este tipo. Se podrá discutir si lo que te cuentan es más o menos interesante (eso ya depende de cada uno) pero, en el plano literario, es una pieza de relojería extraordinaria.

Según pasan los años tengo cada vez más claro qué tipo de autores/historias son las que me atraen. Uno de los subgéneros que me gusta es el formado por las historias familiares que abordan la mezcla de culturas, que en los últimos años ha producido auténticas maravillas como las obras de Zadie Smith, Junot Diaz, Hanif Kureishi o la propia Lahiri. En España es quizás demasiado pronto, pero espero que en las próximas décadas surjan narradores con este perfil, hijos de emigrantes nacidos en España que puedan ofrecer una visión novedosa de una sociedad más plural e intercultural.

VALORACIÓN: 9/10

‘El tren pasa primero’ (2005), de Elena Poniatowska

El tren pasa primeroEn apenas un mes Elena Poniatowska recibirá el Premio Cervantes que se le concedió el año pasado. Antes de lograr este reconocimiento, la difusión de su obra y su conocimiento entre el público español ha sido bastante limitado. De hecho yo, ni la había leído ni sabía prácticamente nada de ella. Ha sido gracias al premio que me he animado a probar fortuna.

La elección ha sido complicada porque es autora de una vasta producción en diferentes géneros, no siempre bien delimitados. Soy lector de narrativa, así que buscaba una novela que pudiera ser representativa de su obra. Al revisarla me he encontrado con varios títulos como “Tinísima” o “Leonora”, que en algunos sitios califican como biografía y en otros como novela. La temática me atraía, pero al no estar seguro de su naturaleza he ido a una apuesta segura como “El tren pasa primero”, que ganó el prestigioso Premio Rómulo Gallegos en 2007.

La novela se ambienta en el México de los años cincuenta y tiene como eje los conflictos laborales de los trabajadores del ferrocarril de este país. Aunque el personaje principal, Trinidad Pineda Chiñas, es ficticio, está inspirado en la figura real de Demetrio Vallejo, emblemático líder sindical de la época. Lo primero que me ha llamado la atención de la novela es su estructura. La obra se abre en mitad de la acción con la convocatoria de una huelga general dirigida por Trinidad, que acaba con un triunfo de los trabajadores, aunque él es posteriormente encarcelado. El relato transcurre de forma lineal hasta un punto en que regresa al pasado para relatarnos la vida de Trinidad desde su infancia hasta que logra convertirse en una figura sindical. Esta forma de plantear la historia puede despistar a algunos lectores. La verdad es que no se si hubiera preferido un relato más convencional, que empezara desde la infancia del personaje y hacia delante. Por un lado, empezar a mitad de la trama sirve para meterte enseguida en el meollo de la acción. Por otro, el conocer la historia personal de Trinidad antes ayudaría a conocer mejor su comportamiento y forma de ser, ya que al principio nos damos cuenta de que nos faltan datos para entender algunas cosas, como la relación con su sobrina Bárbara, que sólo se comprenden cuando leemos la historia de su ascensión.

Se nota que Poniatowska es periodista ya que en muchas ocasiones su estilo bordea el reportaje y la crónica, sobre todo en la descripción de los hechos relacionados con las movilizaciones sindicales. El relato tiene un elevado tono de denuncia, tanto de las condiciones de vida de los El tren pasa primero 2trabajadores como de la política e intereses ocultos detrás de las decisiones empresariales, en la estela de obras clásicas del género como “Germinal”, de Zola o “La jungla”, de Upton Sinclair. Esta vertiente sociopolítica de la novela se complementa con otra faceta, donde utiliza un estilo más propiamente literario, y que aborda al personaje de Trinidad como ser humano, mostrándonos dos caras muy interesantes de su persona. Al sindicalista infatigable y preocupado por sus compañeros se opone al hombre desapegado de su familia, con grandes carencias emocionales. Un gran acierto el mostrar como detrás de la fachada pública admirada puede ocultarse la pobreza interior. En este sentido la obra es equilibrada en su posicionamiento. Aunque se muestra claramente partidaria de las reivindicaciones y movilizaciones sindicales, no es un relato hagiográfico ni ensalzador de la clase trabajadora sino que no duda en mostrar también sus flaquezas, tanto en el ámbito social como personal.

Un buen libro que me ha animado a leer más obras de la autora.

VALORACIÓN: 7/10

‘El lenguaje perdido de las grúas’ (1986), de David Leavitt

El lenguaje perdido de las gruasCon este extraño (y a mi parecer fascinante) título se publicó la primera novela del escritor estadounidense David Leavitt, cuando contaba con tan solo 25 años. Que te publiquen con esa edad es ya todo un logro. Posteriormente ha compaginado su faceta como escritor con la labor docente en universidades de Estados Unidos. Se le suele vincular con la literatura gay (él lo es) dado que en muchas de sus obras este tema suele estar presente. Desde luego en esta novela es un elemento esencial de la historia.

La novela se centra en tres personajes de una misma familia. Owen, el padre, es profesor de instituto y, durante más de veinticinco años ha mantenido en secreto su homosexualidad, a la que ha ido dando rienda suelta de manera contenida en sus visitas dominicales a un cine porno. Su mujer, Rose, correctora de textos, no queda claro si lo sabe o no pero, desde el comienzo, es evidente que tiene ciertas dudas sobre su matrimonio. El hijo, Philip, también es homosexual. En su caso vive su condición con total libertad fuera del círculo familiar. El día que comienza una relación seria con otro chico se decide a contarlo a sus padres, desencadenando un conflicto latente durante años y que les pone ante sus ojos la realidad de su existencia con todas sus miserias y grandezas.

A priori puede parecer que el sesgo de la novela pudiera tener interés sólo para un público gay, pero nada más lejos de la realidad. Es una historia de frustración e incomunicación en el que el componente principal del conflicto es la homosexualidad de los personajes, pero que podría extrapolarse a cualquier otra circunstancia particular. Yo no soy gay y he leído la novela con mucho interés, sin sentirme incómodo en ningún momento ni ajeno a los sentimientos que experimentan los personajes. La historia me ha gustado y el punto de vista narrativo, que va saltando de uno a otro protagonista, me parece un acierto ya que te permite meterte en la piel de cada uno de ellos y comprender el porqué de sus actos. Los personajes están muy bien perfilados, con profundidad y coherencia. Me ha gustado mucho también la forma de escribir de Leavitt, con sencillez y fluidez y me encanta la naturalidad de su expresión, abordando las situaciones de la trama sin tapujos pero sin exhibicionismos gratuitos. Del porqué del título no voy a decir nada, lo mejor es averiguarlo leyendo el libro, pero si adelanto que tiene sentido y es fácilmente entendible.

La verdad es que a la luz de esta primera novela se podía esperar que Leavitt se convirtiera en una de las grandes figuras de las letras estadounidenses, pero parece que su carrera no ha terminado de despegar y, pese a publicar con regularidad, se ha mantenido en segunda fila. No tengo elementos para valorar este aparente estancamiento, pero si tengo claro que me he quedado con ganas de leer más cosas suyas. Al margen de que sus otras novelas aborden temáticas más o menos atrayentes, me cuesta pensar que no haya mantenido su estilo y eso es un aliciente más que suficiente para darle otra oportunidad.

VALORACIÓN: 8/10

‘La pianista’ (1983), de Elfriede Jelinek

La pianistaAntes de que le concedieran el Premio Nobel en 2004, esta autora era prácticamente desconocida fuera de la órbita germanohablante. Con el reconocimiento del premio vivió sus “quince minutos de gloria” y de nuevo pasó al club de ganadores del Nobel de los que nunca se vuelve a hablar. La lista de galardonados con este reconocimiento está llena de ilustres desconocidos y de clamorosas ausencias por lo que siempre lo he considerado más como un fenómeno folclórico que como un verdadero referente literario. Dicho esto, por alguna razón que no sabría explicar, me llamó la atención leer a esta autora y la verdad es que, por lo menos, me ha resultado estimulante.

Generalmente escribo las reseñas en cuanto termino un libro pero, en este caso, he dejado pasar unos días para asentar la lectura ya que no tenía muy claras las sensaciones tan confusas que me ha generado. No ha servido de nada porque me ha dejado igual. Hay aspectos del libro que me parecen geniales y otros terribles. No encuentro un término medio así que voy a tratarlo en dos bloques muy diferenciados. Lo que me ha gustado y lo que no.

Primero una breve sinopsis. La novela tiene como personaje central  a Erika, una gris pianista ya entrada en la cuarentena que vive dominada por una posesiva madre que la asfixia y controla su existencia. Trabaja como profesora en una academia y lleva una vida anodina, solo alimentada por una secreta pasión por un voauyerismo sórdido y sadomasoquista que nadie sospecha y que la lleva a frecuentar peep shows y a acechar a las parejas en los parques. Un joven alumno comienza a flirtear con ella pero, cuando le abre la caja de sus deseos, se siente repelido y todo termina en una brutal violación. Como veréis es un tema muy duro no apto para cualquier estómago.

Lo que me ha gustado:La pianista2

-Es una obra que no deja indiferente, para bien o para mal, y a la que no encuentro paralelismos con nada de lo que he leído. Continuamente te agita las entrañas y la mente, colocándote ante situaciones y razonamientos que te mueven a pensar más allá de los convencionalismos propios y sociales. Esto es difícil de encontrar en una obra y muy valioso para mí.

La autora consigue introducirte en la mente de la protagonista para llegar a entender las raíces de sus inclinaciones sin cuestionarlas moralmente. Es complicado contar esta historia sin que, a priori, produzca rechazo en muchos lectores. Aún así, Jelinek sabe introducirnos en la cabeza de Erika de una forma muy hábil y la convierte en un personaje rico y sugerente, con muchos matices.

No es una novela exhibicionista. La temática se prestaba a utilizar el morbo como gancho para el público pero sabe mantenerse en el tono adecuado. Sin ser pacata, pero sin llegar al exceso innecesario, consigue mantener la distancia justa para no caer en una carnalidad artificial.

Lo que no me ha gustado

-El estilo indirecto del narrador me resulta muy molesto y entorpece la lectura. Al final te acabas acostumbrando pero al principio llega a ser irritante y cuesta entrar en la historia

-A veces la narración se pierde por caminos que no llevan a ninguna parte sin aportar nada a la historia. En particular todas las digresiones y referencias musicales me parecen totalmente superfluas y dispersan la atención del meollo de la novela.

El final es apresurado y embrollado. Hasta el climax el ritmo es el adecuado pero, una vez llegado al conflicto, la resolución es demasiado rápida. Se da carpetazo a la historia sin dar pausa a que los acontencimientos se desarrollen conforme a lo que se espera. Probablemente esto sea lo que menos me guste. La narración sigue una línea ascendente y, de repente, la caída es súbita.

En conclusión, creo que merece la pena leerla aunque solo sea para conocer una realidad literaria muy distinta a lo habitual.

Michael Haneke hizo la versión cinematográfica en 2001.

VALORACIÓN: 6/10

‘Herejes’ (2013), de Leonardo Padura

Herejes

A raíz del éxito de ‘El hombre que amaba a los perros’ había incluido a Leonardo Padura en mi lista de «autores a leer». En principio había pensado en esta novela, pero en Navidades me regalaron su última obra, ‘Herejes’, y ya que la tenía entre manos no iba a desaprovechar la oportunidad.

Aparte de la obra sobre Trostky, Padura es sobre todo conocido por la serie de novelas policíacas protagonizadas por el detective Mario Conde, un Sam Spade caribeño cuyas peripecias tienen lugar en Cuba y de la que ‘Herejes’ es la última entrega. Después de leer el libro no creo que sea propio hablar de una novela sino de tres historias engarzadas levemente. Me explico.

La obra se divide en tres partes. Para la primera reproduzco parte de la explicación de la cubierta del libro porque no se me ocurren mejores palabras para hacerlo. En 1939, el S.S Saint Louis, en el que viajaban novecientos judíos que habían logrado huir de Alemania, pasó varios días fondeado frente a La Habana en espera de que se autorizara el desembarco de los refugiados. El niño Daniel Kaminsky y su tío aguardaron en el muelle a que descendieran sus familiares, confiados en que éstos utilizarían ante los funcionarios el tesoro que portaban a escondidas: un pequeño lienzo de Rembrandt que pertenecía a los Kaminsky desde el siglo XVII. Pero el plan fracasó y el barco regresó a Alemania, llevándose consigo toda esperanza de reencuentro. Muchos años después el hijo de Daniel, Elías, viaja desde Estados Unidos a La Habana para aclarar qué sucedió con el cuadro y con su familia. Evidentemente el encargado de realizar la investigación es Mario Conde.

En la segunda parte, el narrador se traslada al siglo XVII, a la ciudad de Amsterdam, donde nos relata la génesis del cuadro a que se refiere en la primera parte a través de la figura de un joven judío que entra como discípulo en el taller de Rembrandt en contra de los preceptos de su religión. En la tercera parte volvemos a Cuba, un año después de los hechos narrados en la primera parte, en la que Mario Conde investiga la desaparición de una joven Emo y que nos mete en el ámbito de las tribus urbanas de La Habana.

El hilo de unión entre las tres partes es muy tenue y cualquiera de ellas se podría leer independientemente sin ningún problema. Es más, en realidad entre sí se aportan poco. Y esto para mí es una debilidad. El título indica hacia donde apuntaba el autor pero, en vez de una sola historia dividida en tres partes me resultan más tres narraciones con una temática de fondo, muy de fondo, similar. Partiendo de esta premisa voy dar mi opinión de cada parte como si se tratarán de tres obras distintas:

-Primera parte: el planteamiento de la obra es muy prometedor y genera unas grandes expectativas que, a medida que se desarrolla la historia, van diluyéndose hacia un final demasiado previsible y plano.  La narración amaga todo el tiempo sin terminar de golpear.

-Segunda parte: tiene un desarrollo muy de novela histórica. Por una parte cuenta la relación de Rembrandt y su discípulo que transcurre por los cauces habituaLeonardo Padurales de las tramas de maestro-aprendiz y, por otra, nos muestra las dudas y problemas que le genera al protagonista seguir sus deseos en contra de lo que marca su religión y su ambiente social. Es una historia correcta sin más.

-Tercera parte: me ha resultado muy aburrida. Tengo la impresión de que el tema de las tribus urbanas se le escapa al narrador, que lo aborda desde una posición alejada, caminando por lugares comunes sin dar una visión personal. Debo decir que la novela policíaca generalmente me termina aburriendo salvo que tenga alguna particularidad que la haga diferente. En este caso se ciñe al guión del género al milímetro, al margen del folklore propio (y previsible) que le aporta la condición del detective.

Aparte de esto, pese a que creo que Padura es un buen narrador, con una gran capacidad narrativa y estilística, para mi gusto la obra tiene una extensión excesiva y podrían haberse aligerado algunos pasajes para permitir al lector llegar con algo más de fuelle al final, teniendo en cuenta además que la última es la parte más floja de todo el libro. La verdad es que me ha decepcionado. Había escuchado muy buenas críticas sobre el autor y esperaba algo más. No me invita mucho a leer otra historia protagonizada por Mario Conde. Tendré que volver a mi plan original de leer ‘El hombre….

VALORACIÓN: 4/10

‘En la frontera’ (1994), de Cormac McCarthy

En la fronteraProbablemente, junto con Haruki Murakami, Cormac Mc Carthy sea el escritor cuyo reconocimiento ha crecido más a nivel internacional en la última década. Pese a su dilatada carrera (su primera novela data de 1965), su producción ha sido muy espaciada en el tiempo y, antes del siglo XXI, su prestigio estaba circunscrito al ámbito de Estados Unidos, donde era un escritor de culto para reducidos círculos.

En los últimos 10 años su fama se ha extendido a nivel internacional cautivando a lectores de todo el mundo. Esta expansión se ha debido al éxito tanto literario como cinematográfico de dos de sus obras: ‘No es país para viejos’ (2005) y ‘La carretera’ (2006, Premio Pulitzer). Un caso curioso teniendo en cuenta que al autor es un misántropo que rehuye de entrevistas (ha dado dos en veinte años), firmas de libros y cualquier evento literario o social.

La novela que reseño es la segunda del ciclo llamado Trilogía de la frontera, que se completa con ‘Todos los hermosos caballos’ (1992) y ‘Ciudades de la llanura’ (1998). Mientras que estas dos si comparten personajes, ‘En la frontera’ es totalmente independiente y no tiene ninguna vinculación con el resto salvo por la ubicación de la historia. La trama se ambienta en los años de la Segunda Guerra Mundial, a caballo entre Nuevo México y México y el narrador nos relata los viajes a un lado y a otro de la frontera de los hermanos Billy y Boyd Parham. Es un western del siglo XX.

La obra es genuinamente McCarthy tanto en su estilo: seco, directo pero muy elaborado y tremendamente minucioso en la descripción de ambientes y situaciones, como en los elementos que componen la historia: personajes solitarios, el protagonismo de la naturaleza, la violencia, la lucha entre el mal y el bien, etc… En este aspecto es muy similar a otras novelas del autor. Si me gustaría destacar un aspecto que me gusta particularmente de su forma de escribir. La precisión y amplitud del lenguaje que utiliza muestran un dominio del idioma prodigioso y difícil de igualar.

Sin embargo, la obra no ha terminado de convecerme. El problema es que en ningún momento he llegado a interesarme por la historia que cuenta. La trama me parece anodina, en ocasiones poco convincente e inconexa. A esta sensación contribuye la endeblez de los protagonistas. Son absolutamente planos, sin matices y Cowboy silhouetteme resultan una copia uno de otro. Por un lado, están los hermanos protagonistas, tan misteriosos y silenciosos como si tuvieran algo que ocultar cuando no son más que unos adolescentes bastante  absurdos en su comportamiento. Por otro, están los diferentes adultos y ancianos que van encontrándose en su camino y que son auténticos filósofos de la vida con un discurso de un nivel intelectual tan elevado que realmente llega a aturdir. Muy poco creíble. Cuando en una novela se intenta que todos los personajes sean fascinantes se produce el efecto contrario. Al final todos acaban siendo reiterativos y banales. Precisamente la clave está en contraponer tipos muy diferentes para resaltar las virtudes y defectos de cada uno.

Todo redunda en una lectura poco entusiasta en la que siempre estás esperando que por fin pase algo interesante pero que, a medida que pasas páginas, te das cuentas que no va a ocurrir. En definitiva, esta novela está muy por debajo de cualquiera de las otras que he comentado en esta reseña y que sí son muy recomendables.

VALORACIÓN: 5/10

‘Bajo la piel’ (2000), de Michel Faber

Bajo la pielADVERTENCIA. Si vas a leer el libro no sigas adelante. Voy a contar cosas de la trama que pueden reducir el impacto de la lectura. Es imposible no hablar de la novela sin hacer referencia a aspectos cruciales, aunque intentaré no desvelar mucho. Mi recomendación es que leas el libro antes que a mí.

Hacía mucho tiempo que no topaba con un libro tan sorprendente e innovador tanto en el planteamiento como en su desarrollo. Es muy díficil encasillarlo en algún género determinado así que me he sacado de la manga uno que probablemente ya se le haya ocurrido a alguien: Ciencia Ficción Existencial. Voy a intentar explicarme.

Al comienzo nos encontramos con la protagonista, Isserley, una joven de aspecto algo extraño que deambula en su coche por las carreteras de Escocia recogiendo autoestopistas que reunan unas determinadas condiciones: varones de gran envergadura física. Al principio solo sabemos que aquellos que le cuadran acaban drogados o anestesiados por unas agujas que tiene escondidas en el asiento del copiloto. Hasta aquí parece una novela policíaca.

Lo que vamos descubriendo a medida que leemos es que en realidad Isserley es una alienígena que ha sido operada para parecer humana. Es una recolectora de hombres cuyo destino es ser cebados en una fábrica oculta bajo la apariencia de una granja, para despúes ser sacrificados y manufacturados como alimento para otro planeta. Isserley es empleada de una corporación especializada en productos alimenticios de carne humana. Evidentemente ya estamos hablando de ciencia ficción.

La vuelta de tuerca y lo que realmente eleva el nivel de la novela es el planteamiento narrativo. El foco de la obra no se sitúa sobre los hechos que se van sucediendo, esto es algo anecdótico. El verdadero núcleo del libro se centra en el desarrollo psicológico Bajo la piel peliculade Isserley que se enfrenta a dilemas internos como la renuncia a su físico para adecuarse al trabajo, su relación con otros compañeros, la finalidad de su vida, etc… Es decir, en algún momento llegamos a olvidar que se trata de una extraterrestre cazando humanos y pasa a ser simplemente un ser vivo con dudas existenciales. Quizás así escrito pueda sonar algo ridículo pero el mérito del autor es precisamente hacer que sea creíble. Que realmente entres en la historia. Hay incluso un guiño ecologista a través de la figura de uno de los alienígenas que es un activista en defensa de los humanos y contrario al trato cruel al que son sometidos para convertirlos en comida (es fácil trazar los paralelismos con nuestro mundo).

Creo que la obra merece la pena leerse simplemente por ser algo diferente. Una complicada combinación de géneros que funciona bien en conjunto. Teniendo en cuenta que es la primera novela de Faber le doy mucho mérito al resultado. El único pero es que al final la novela entra en un punto muerto que el autor resuelve de una manera apresurada y poco convincente.

En 2013 fue llevada al cine con Scarlet Johanson en el papel protagonista.

VALORACIÓN: 7/10

‘Blanco nocturno’ (2010), de Ricardo Piglia

No me gusta ser categórico en mis comentarios porque al fin y al cabo no son más que impresiones y opiniones muy personales sin ánimo ni de sentar cátedra ni de constituir verdades irrebatibles. Por una vez me voy a permitir una licencia. Piglia es uno de los mejores escritores contemporáneos en castellano.

Sus obras conjugan la inteligencia y maestría técnica y estilística con la capacidad para construir historias atrayentes, magistralmente narradas y que invitan a trascender la anécdota para reflexionar. Es decir, consigue dinamitar el eterno debate entre literatura de entretenimiento y la literatura de ideas uniendo ambas con un  saber hacer al alcance de muy pocos. Pese a que su primera obra vio la la luz en 1967, su producción narrativa no es muy extensa, con apenas cinco novelas y otras tantas colecciones de relatos. Aún así, es más que suficiente para pasar a engrosar los cánones literarios de aquí a la eternidad.

‘Blanco nocturno’ arranca como una novela policíaca ambientada en los primeros años setenta en un pueblo de la provincia de Buenos Aires. El veterano comisario Croce (¡fantástico personaje!) se enfrenta al caso de descubrir al asesino de Tony Durán, un estadounidense de origRicardo Pigliaen portorriqueño que recaló en la ciudad siguiendo a las hermanas gemelas Belladona con las que ha mantenido un complicado triángulo amoroso (bueno, más bien sexual). Durante la primera parte de la obra, la narración transcurre por los cauces de la investigación dirigida por Croce del personaje y las circunstancias del crimen. Es cuando aparece en escena la figura del periodista Emilio Renzi (ya presente en obras anteriores de Piglia), enviado a cubrir el tema por un periódico de la capital, cuando la historia cambia de punto de vista para embarcarnos en las indagaciones de Renzi. Estás pronto quitan el foco del crimen para centrarse en la maraña de las relaciones que rigen la vida de los miembros de la familia Belladona, en las que Tony Durán no ha sido más que una mosca atrapada en la telaraña.

Lo dicho. Una novela estupenda que fue galardonada con el Premio de la Crítica en España y el Premio Rómulo Gallegos.

VALORACIÓN: 8/10

‘Sábado por la noche y domingo por la mañana’ (1958), de Alan Sillitoe

Sabado_noche_domingo_mananaAlan Sillitoe es uno de los máximos exponentes del grupo bautizado como ‘Angry young men’. Bajo esta denominación se suele agrupar a una generación de escritores británicos que en los años 50 revolucionaron la literatura de las islas con obras de crítica social, protagonizadas por jovenes de clase baja, en la que atacaban con dureza, inteligencia y humor la sociedad de la época. El nombre viene del título de una de estas obras, ‘Don’t look back in anger’, de John Osborne, y los autores más relevantes de la corriente son Kingsley Amis, John Braine, Harold Pinter, Philip Larkin y el propio Sillitoe.

Esta novela supuso el fulgurante debut de Sillitoe y le encumbró a la fama y reconocimiento de la crítica, posteriormente refrendado con su siguiente libro, ‘La soledad del corredor de fondo’. Sin embargo, toda su obra posterior, muy extensa, nunca llegó a alcanzar ni de cerca la misma relevancia y su renombre literario sigue ligado a sus dos primeros trabajos.

La novela gira alrededor del personaje de Arthur Seaton, un Sábado por la nochejoven veinteañero que trabaja en una fábrica de bicicletas en Nottingham,  cuya máxima motivación en la vida es emborracharse los sábados por la noche y acostarse con el mayor número posible de chicas, si son casadas mejor. Con dinero en el bolsillo, viviendo con sus padres, con don de gentes y éxito entre las mujeres su hábitat natural de socialización se encuentra en el pub. La novela se abre con una memorable escena en un bar, un sábado cualquiera, con Arthur, borracho perdido, cayéndose por las escaleras y acabando la noche en la cama de su amante Brenda, mujer de uno de sus compañeros de trabajo.

La obra es por una parte una novela de iniciación en la que asistimos al proceso de maduración de Arthur pero, también, es una obra con una gran carga de  crítica hacia la sociedad de la época. El pensamiento casi anarquista de Arthur desdeña cualquier aspecto del status quo de su tiempo y es el fiel reflejo de un nuevo estrato social fruto de la posguerra mundial. Una clase obrera modesta pero con sus necesidades básicas cubiertas, que se desliza hacia la clase media y empieza a cuestionarse su entorno.

La novela fue llevada al cine en 1960 con Albert Finney en el papel de Arthur.

VALORACIÓN: 8/10

‘Oficio de difuntos’ (1976), de Arturo Uslar Pietri

oficio de difuntosUno de los subgéneros más prolíficos dentro de la narrativa latinoamericana es la llamada ‘novela de dictador’. Prácticamente todos los grandes narradores, de diferentes nacionalidades, han abordado está temática en algún momento de su carrera: Mario Vargas Llosa (‘La fiesta del chivo’), Miguel Angel Asturias (‘El Señor Presidente’), Augusto Roa Bastos (‘Yo el Supremo’), Gabriel García Márquez (‘El otoño del patriarca’), Alejo Carpentier (‘El recurso del método’), etc….. todas novelas magníficas por cierto.

Al margen del indudable atractivo y las posibilidades de la figura del dictador como personaje literario, se une la realidad histórica del continente americano que ha visto como en todos los países ha surgido en algún momento un caudillo que ha regido con mano férrea los designios de la nación durante un tiempo. Un fenómeno político-social tan extendido y presente es casi materia obligada para los autores de ficción.

‘Oficio de difuntos’ es una de las obras de este tipo menos conocida. En ella Juan Vicente GomezUslar Pietri aborda la figura de Juan Vicente Gómez, dictador de Venezuela entre 1903 y 1935. La obra se plantea como un roman à clef en el cual todos los nombres, tanto de personas como geográficos son ficticios pero fácilmente identificables con otros reales. Por ello, es recomendable leer una edición anotada que nos desvele quien es quien e informarse sobre los acontecimientos históricos para poder extraer todo el jugo al libro.

La obra arranca con la muerte del dictador y, a través de la figura del sacerdote encargado de su panegírico, retrocede en el tiempo para contarnos su vida desde el principio. Una gran acierto por parte del autor ya que nos permite conocer no solo al personaje político sino a la persona anónima,  cuando no era más que un hacendado rural sin pretensiones políticas. Somos testigos de como las circunstancias le van moldeando el carácter, despertando su ansia de poder y de dominio, empujándole a un futuro para el que no parecía destinado.

La parte más «convencional» es la que aborda los años en el poder, donde es inevitable sentir cierta sensación de deja vu respecto a otras novelas de la misma temática. Esto no le resta valor a la obra ni se puede ver como un remedo de otras. En el fondo los métodos de control y la forma de actuar de los dictadores en cualquier sitio se rige por unos patrones muy similares. Es normal que la historia de uno nos recuerde a la de otro.

La novela es muy buena y no tiene nada que envidiar a las anteriormente mencionadas. Es una lástima que no sea más conocida y sea difícil de encontrar en España.

VALORACIÓN: 8/10