‘El tren pasa primero’ (2005), de Elena Poniatowska

El tren pasa primeroEn apenas un mes Elena Poniatowska recibirá el Premio Cervantes que se le concedió el año pasado. Antes de lograr este reconocimiento, la difusión de su obra y su conocimiento entre el público español ha sido bastante limitado. De hecho yo, ni la había leído ni sabía prácticamente nada de ella. Ha sido gracias al premio que me he animado a probar fortuna.

La elección ha sido complicada porque es autora de una vasta producción en diferentes géneros, no siempre bien delimitados. Soy lector de narrativa, así que buscaba una novela que pudiera ser representativa de su obra. Al revisarla me he encontrado con varios títulos como “Tinísima” o “Leonora”, que en algunos sitios califican como biografía y en otros como novela. La temática me atraía, pero al no estar seguro de su naturaleza he ido a una apuesta segura como “El tren pasa primero”, que ganó el prestigioso Premio Rómulo Gallegos en 2007.

La novela se ambienta en el México de los años cincuenta y tiene como eje los conflictos laborales de los trabajadores del ferrocarril de este país. Aunque el personaje principal, Trinidad Pineda Chiñas, es ficticio, está inspirado en la figura real de Demetrio Vallejo, emblemático líder sindical de la época. Lo primero que me ha llamado la atención de la novela es su estructura. La obra se abre en mitad de la acción con la convocatoria de una huelga general dirigida por Trinidad, que acaba con un triunfo de los trabajadores, aunque él es posteriormente encarcelado. El relato transcurre de forma lineal hasta un punto en que regresa al pasado para relatarnos la vida de Trinidad desde su infancia hasta que logra convertirse en una figura sindical. Esta forma de plantear la historia puede despistar a algunos lectores. La verdad es que no se si hubiera preferido un relato más convencional, que empezara desde la infancia del personaje y hacia delante. Por un lado, empezar a mitad de la trama sirve para meterte enseguida en el meollo de la acción. Por otro, el conocer la historia personal de Trinidad antes ayudaría a conocer mejor su comportamiento y forma de ser, ya que al principio nos damos cuenta de que nos faltan datos para entender algunas cosas, como la relación con su sobrina Bárbara, que sólo se comprenden cuando leemos la historia de su ascensión.

Se nota que Poniatowska es periodista ya que en muchas ocasiones su estilo bordea el reportaje y la crónica, sobre todo en la descripción de los hechos relacionados con las movilizaciones sindicales. El relato tiene un elevado tono de denuncia, tanto de las condiciones de vida de los El tren pasa primero 2trabajadores como de la política e intereses ocultos detrás de las decisiones empresariales, en la estela de obras clásicas del género como “Germinal”, de Zola o “La jungla”, de Upton Sinclair. Esta vertiente sociopolítica de la novela se complementa con otra faceta, donde utiliza un estilo más propiamente literario, y que aborda al personaje de Trinidad como ser humano, mostrándonos dos caras muy interesantes de su persona. Al sindicalista infatigable y preocupado por sus compañeros se opone al hombre desapegado de su familia, con grandes carencias emocionales. Un gran acierto el mostrar como detrás de la fachada pública admirada puede ocultarse la pobreza interior. En este sentido la obra es equilibrada en su posicionamiento. Aunque se muestra claramente partidaria de las reivindicaciones y movilizaciones sindicales, no es un relato hagiográfico ni ensalzador de la clase trabajadora sino que no duda en mostrar también sus flaquezas, tanto en el ámbito social como personal.

Un buen libro que me ha animado a leer más obras de la autora.

VALORACIÓN: 7/10