Está obra es la novela alemana más traducida y vendida en todo el mundo en los últimos 20 años. Desde que se publicó en 1995, su nómina de lectores se ha ido incrementando de manera exponencial, se ha incorporado como materia de estudio en cursos de literatura y lengua alemana en numerosos países y ha cosechado numerosos premios. Como colofón, en 2008 fue llevada al cine por Stephen Daldry, con Kate Winslet y Ralph Fiennes como actores principales.
La historia, rememorada en primera persona por el protagonista, se divide en tres partes. En la primera se nos cuenta la relación casual que entabla en la posguerra de la IIGM el narrador, Michael Berg, un quinceañero alemán, con Hanna, una solitaria mujer de treinta y tantos. En esta parte la novela deambula por los tópicos de iniciación sexual, amor irracional, relación maestra-alumno, etc… hasta que un día, sin previo aviso, Hanna desaparece sin dejar rastro. Entre los rituales íntimos que se establece entre ellos está el que Michael le lea a Hanna durante sus encuentros.
La segunda parte nos traslada a seis años después. Michael es un estudiante de derecho que recibe como asignación académica asistir al juicio que se va a celebrar contra un grupo de mujeres por su actuación como guardianas en un campo de concentración nazi durante la II Guerra Mundial. Para su sorpresa se encuentra con que Hanna es una de las procesadas. Aquí asistimos al relato del proceso judicial mezclado con las reflexiones del narrador sobre la culpa y responsabilidad de los que participaron y colaboraron con el nazismo. Además, Michael descubre que Hanna es analfabeta, de ahí su papel de lector cuando fueron amantes.
La tercer parte comienza tras la condena y encarcelamiento de Hanna. Michael comienza a grabar sus lecturas y se las envía a la cárcel, pero ese es el único contacto que mantienen. Ni una carta personal ni una visita hasta que, pasados los años, la directora de la penitenciaría se pone en contacto con él para avisarle que Hanna va a ser liberada. El día antes, Michael la visita y tienen una breve conversación. Al dia siguiente ella se ahorca en la celda y Michael, revisando sus pertenencias, descubre que en la cárcel aprendió a leer, en especial, libros sobre la temática del holocausto.
A mí el libro me ha producido una profunda indiferencia. Nada de lo que cuenta me ha enganchado. Ni la historia de amor del principio, que es previsible y está vista ya cien mil veces. Ni la parte en la que aborda el tema del nazismo y la implicación de la sociedad alemana. Aquí el autor amaga pero no pega, se limita a bordear el meollo pero sin profundizar. Ni la parte final, muy forzada y con un desenlace apresurado y que no deja ninguna reflexión. La hilación de la historia con la anécdota de la lectura me parece cogida con alfileres y algo sensiblona. En general la sensación que me queda es que es un libro muy superficial que parece querer abordar cuestiones transcendentes pero que se queda en lo evidente. Vamos, que no me ha gustado.
Hay que reconocer que el autor ha tenido la habilidad de conjugar numerosos ingredientes de probado éxito entre el público: amor imposible, nazismo-holocausto, etc.. y le ha dado resultado, por lo menos desde el punto de vista de las ventas. Además, es un libro breve, de lectura muy sencilla y ágil accesible para cualquier público.
Conclusión: si te pica la curiosidad, dado el éxito que ha tenido, que no te frene mi comentario. Para gustos colores. Pero si realmente te interesa el tema del nazismo y su huella en la sociedad alemana hay otros autores alemanes que lo han hecho de una forma admirable tanto argumental como tecnicamente. Basta mencionar a dos Premios Nobel: Heinrich Böll (‘Billar a las nueve y media’) y Günter Grass (‘El tambor de hojalata’).
Valoración: 4/10
Bernhard Schlink (1944, Alemania) es escritor y jurista. Su carrera literaria comenzó a finales de los años 80 con la serie de novelas policíacas protagonizadas por el personaje de Selb. En 1995 publicó ‘El lector’, que le lanzó al estrellato literario.